Tenía miedo de la noche. Así que me acosté a su lado.
Osciló por mi cuerpo y titubeando
Imágen: Wiktor Sadowski |
una vez, otra vez y otra más
se dejó mecer por mis entrañas.
Volví más veces, cómo dejar de hacerlo.
Cómo negar la luz, cómo prohibirme la vehemencia.
Afuera un estanque, el frio comiéndonos los huesos,
los besos que despiertan la guarida,
que vuelven a amar, incandescentes.
Regresé
hasta que no quedó un día,
hasta que no quedó un día,
hasta que cayó la noche que prometió otra noche,
algún día.
8 comentarios :
Las promesas que se hacen de noche rara vez se recuerdan al despertar. A veces desearía que ciertas noches nunca terminaran.
Un saludo.
Oski.
Gracias Oski! Muy acertado tu comentario sobre las noches que deberían ser eternas. Los momentos mágicos deberían ser eternos, el sentirse uno con el otro debería ser eterno...
Abrazo.
Ando preso de la noche en que mis ojos ardieron como antorchas en los senos maduros de una dama de plata que a veces es y otras veces no. Como negarme a la evidencia: Estoy enamorado
Gracias, Juan Antonio: me ha encantado, breve y profundo, me ha llegado...
Hola!!!!
Tandil, voy seguido por esa bella ciudad….sos de allí o de España??, yo soy de Pehuajo….
Que tengas una buena semana.
Un abrazo de oso.
Me quedé con ganas de más... Hay más que el 31 de agosto? Ah, nunca había entrado en "La otra" Hace pensar..Todos somos dos? Aún no encuentro mi otro yo, o tal vez lo sepa, pero no lo se expresar.. Me gustó
Hola Común: soy de ambos sitios, aunque no lo sé a ciencia cierta...
Gracias por tu visita y por quedarte. Un abrazo.
Hola Marcela: de momento, no hay más entradas, estoy poniendo mis energías en otra cosa. Intentaré seguir haciendo un hueco, pero las horas del día son caprichosas y se van muy rápido.
Me alegro que La Otra te guste, aunque ella tampoco está con muchos tiempos. Un beso.
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