De mudanzas y sueños

Dónde se olvidaron de quererte? Cada segundo te cuesta un siglo de espera. Sobrevolando un sueño acunado por el tiempo en la melancolía de tu vida.
A veces te caes, a veces peleas.
Tan lejos de las partituras. Te irás llevándote tu silencio a subir por las laderas de la tierra.
Con tu andar, arremetiendo a los obstáculos,
bailoteando esa tristeza que conozco.
Te irás, me iré. Qué importancia escueta.
Si te quedas, si me quedo.
Si no trasciende, si es una parte de este largo recorrido deambulante.
Dónde se olvidaron de quererte?
Abordarás otras gentes, otras artes. Seguirás de mudanzas hasta que te encuentren.
Te permitirás soñar, te permitirás amar, mirarás de frente a la vida y le sonreirás.
A veces te escondes, te asustas, te niegas.
Tu tiempo es como llevar a un niño de la mano. Unas veces se te escapa y corres detrás, otras tiras de él para que avance más rápido.
No te detengas, deja ya el miedo.
Podrías de nuevo perderte pero has descubierto cómo ir en dirección contraria.
Siento que estás cada vez más cerca de tí mismo.
Sos el gran aguador y todavía no lo sabes.
A veces no te ves, a veces no me crees.
Y yo, desde mi rutina, estaré celebrándote. Mi fiesta será desde veredas nocturnas, desde mis horas cotidianas, desde estas cortezas domésticas tan mias. Necesito de lo que harás, de los tiempos que caminarán tus días.
Tan importante en el mundo, amiguisimo amigo, en las cosas queribles, en las horas por venir.
Brindo por vos y por el tiempo de la cosecha. Confía.